Como lo vimos en nuestro anterior blog, en el ciclo de pre-inversión existen diferentes procesos que debemos llevar a cabo en un proyecto. Uno de ellos es la “formulación”, la cual permite clarificar los objetivos del proyecto y analizar en detalle las partes que lo componen. En este nivel encontramos las siguientes etapas:
Etapa de idea. Tiene por objetivo clarificar una opción que se presenta entre muchas, para atender una necesidad, una carencia, un problema o aprovechar una oportunidad, teniendo en cuenta los aspectos económicos, técnicos, institucionales, ambientales, sociales y financieros.
Etapa de perfil. Aquí se realiza un análisis profundo de la necesidad u oportunidad a partir de información obtenida principalmente de fuentes secundarias. Para este análisis se debe de:
Preparar soluciones elaboradas.
Definir objetivos.
Contrastar el producto o servicio frente a la población objetivo (caracterización del mercado).
Determinar la viabilidad técnica, la cual debe contener las posibles localizaciones, el tamaño, el proceso productivo y los modelos organizacionales para la instalación y operación.
Realizar una aproximación global al monto de las inversiones requeridas, determinando los costos e ingresos que faciliten la estimación preliminar (“flujos de caja”), a los cuales se les pueda aplicar ciertos indicadores de rentabilidad que permitan calificar, en principio, las ventajas o limitaciones del proyecto.
Determinar en qué áreas se debe profundizar el estudio, de modo que se puedan aclarar aquellos aspectos que están confusos o tener mayor seguridad en su estimación.
Estas dos primeras etapas son el inicio del desarrollo de la formulación en el ciclo de pre-inversión. Éstas son muy importantes para poder hacer una estimación adecuada de la inversión para nuestro proyecto.
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