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Madurez de Gestión de Riesgos ¿Cuáles son los niveles? (1/3)

Actualizado: 11 mar 2022


Ante los escenarios adversos y cada vez más complejos de enfoque económico, tecnológico y regulatorio a los que se enfrentan las empresas, la gestión de riesgos como herramienta para anticiparse a situaciones y tomar las mejores decisiones de forma clara y oportuna ha tomado mayor relevancia. Debemos asegurarnos de tener un alto nivel de madurez de gestión de riesgos para que esta forme parte de todos los procesos de la organización, siendo aplicada estructurada, sistemática y oportunamente y de tal forma que nos ayude a confrontar dichos escenarios. Sin embargo, para poder llegar a este punto, es necesario identificar ¿Cuáles son los niveles de madurez de gestión de riesgos? ¿Dónde me encuentro y a dónde quiero llegar? ¿Cómo llego al nivel deseado? En esta serie de artículos te explicaremos cómo responder estas preguntas.


La madurez de gestión de riesgos evalúa objetivamente las prácticas, estructuras y procesos observables que se llevan a cabo cuando se trata al riesgo. La clave es buscar siempre la mejora continua. Pero, lo primero es conocer cuáles son dichos niveles de madurez con el fin de realizar un autodiagnóstico de nuestro estado actual y de esta forma conocer qué grado de madurez tenemos dentro de nuestra organización.


Los niveles de madurez de gestión de riesgos son:


Ingenua (inicial o tradicional): Si para tu empresa el hablar de riesgos significa una molestia y se prefiere evitar la conversación, te encuentras aquí. En este nivel aún no se ha implementado de manera formal un modelo de riesgos; es decir, el seguimiento a los riesgos no se realiza de manera consciente, ni existe un protocolo para llevarlo a cabo.


Consciente: Surge cuando ya se escuchan rumores sobre el riesgo. Para este nivel ya existe un modelo de riesgos formal; sin embargo, este se emplea de manera dispersa y no existe una capacitación hacia el personal. Adicionalmente se realiza un seguimiento constante al riesgo, pero sin un protocolo establecido.


Definida: Existe cuando ya se habla abiertamente del riesgo. Para este nivel ya es un requisito cumplir con el modelo de riesgo establecido; en otros términos, dicho modelo está definido en las políticas y procedimientos de toda la organización. Existe un protocolo establecido para el monitoreo, incluyendo un reporte hacia la gerencia, así como un Comité de Riesgos.


Gestionada: Se presenta cuando hay una amplia comunicación sobre los riesgos, así como reuniones anuales exclusivamente para hablar sobre el cumplimiento de protocolos. En este nivel es una prioridad el tener un alto grado en toda la empresa para gestionar los riesgos, pero podría habilitarse aún más en la toma de decisiones. Se realizan revisiones anuales al modelo de riesgos y se emplea una permanente capacitación al personal. El monitoreo a los riesgos se apoya en herramientas automatizadas, además de que la calidad de los reportes es un punto clave.


Integral (habilitada): Si en tu empresa se utiliza el hablar de riesgos para la toma de decisiones, felicidades te encuentras en el nivel de madurez más alto. En este punto los riesgos son tomados de manera informada; es decir, la gestión de riesgos se utiliza de manera integral para ayudar en la gestión de múltiples aspectos y procesos de la institución para mejorar la toma de decisiones. Se requiere un entrenamiento anual para fortalecer conceptos de riesgos: También se busca certificar los modelos de riesgo. Además, se utilizan indicadores de riesgo y estos son entendidos y monitoreados continuamente.


Una vez conocidos los niveles antes enlistados, el siguiente paso es preguntarnos:


¿Donde nos encontramos y a dónde queremos llegar?


¿Qué pasos concretos se tienen que dar para madurar al nivel deseado?


 

Te invitamos a leer más de la serie “Madurez de Gestión de Riesgos” para conocer cuáles son los pasos siguientes:



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